
El País Semanal publicaba ayer en sus páginas Tres historias ‘contaminadas’, un artículo que analiza el trabajo contra otras variantes de la contaminación, como lo son la contaminación acústica y la lumínica, en varias ciudades europeas.
Una de estas historias ‘contaminadas’ es la de Slowlight, una iniciativa nacida en Galicia que persigue obtener mejores entornos a través de la luz, tanto en el ámbito urbano como en el rural, creando espacios nocturnos en armonía, en los que la noche recupera protagonismo, gracias a una iluminación calmada, inteligente, saludable, sostenible, confortable y emocional.
La contaminación lumínica afecta a especies animales y humanos por igual, y en muchas ocasiones arruina la estética de las ciudades. Pero sobre todo, la sobreiluminación incurre en un derroche energético que choca frontalmente contra los criterios de sostenibilidad y contra las políticas de eficiencia energética.
En este sentido, el manifiesto Slowlight se publicó en 2020 y desde entonces ya se han sumado más de 75 entidades, entre las que se encuentra Wellness TechGroup. Slowlight pretende aunar sinergias, palancas y recursos que involucren a la ciudadanía, sector público, sector privado y sector científico para así alcanzar un modelo de alumbrado conectado e inteligente que reduzca el impacto ambiental y recupere el cielo nocturno para los ciudadanos.
Wellness TechGroup lleva 13 años operando en el sector de las Smart Cities y posee un gran experiencia en el ámbito del Smart Ligthing o Alumbrado Inteligente. La solución WeLight gestiona de manera remota casi un millón de luminarias en 500 proyectos repartidos por hasta 60 países. Haciendo balance, hasta la fecha se ha obtenido un ahorro de más de 524.000 kwh gracias a su implementación en un gran número de municipios y está previsto ahorrar hasta cerca de 4 millones de kwh adicionales desde ahora hasta 2030. Esto se traduce en un ahorro hasta la fecha de 95 toneladas de emisiones de CO2 con el objetivo de ahorrar 700 toneladas en 2030.